Artículos de Interés
Nosotros y los cambios
Si bien sabemos que son necesarios, que nos permiten evolucionar y crecer, los cambios nos cuestan, porque nos obligan a corrernos de lo que conocemos (la zona de confort) para tener que enfrentarnos, justamente, a lo desconocido, a lo nuevo.
Y esto nos sucede tanto en las grandes decisiones que pueden cambiar el rumbo de nuestra vida, como en las más pequeñas.
En vez de innovar, preferimos elegir siempre el mismo camino para ir a los lugares conocidos; porque lo conocido nos da seguridad y contención, brindándonos la sensación de que todo está en orden.
Pero tengamos en cuenta, que quedarnos parados en el mismo sitio día tras día, no nos permite disfrutar de ese mundo nuevo que está a nuestro alcance, esperando por nosotros.
Tanto que, cuando por fin nos animamos a avanzar, nos preguntamos por qué no lo hicimos antes y nos damos cuenta de todo lo que nos perdimos.
No obstante, lo bueno de la vida es que siempre estamos a tiempo para cambiar, para crecer, para evolucionar.
Consideremos que si nos predisponemos, el proceso se desarrolla de manera natural, como sucede con la mariposa, que comienza siendo un gusano lento y con poco desplazamiento, para luego liberarse, transformarse y emprender el vuelo lleno de belleza y color.
El esfuerzo, las ganas y la decisión nos enseñan el camino. Todo es cuestión de atrevernos y aceptar que si las cosas no nos salen del todo bien, es parte del proceso.
Debemos quitarnos la pesada mochila de la perfección y aceptar que la vida se compone de aciertos y errores. Lo importante es crecer con ellos.
Potenciando nuestra autoestima
Es tiempo de transformar el modo en que vemos los problemas y tener una actitud positiva ante las adversidades, crecer a partir de ellas potenciando nuestra autoestima.
La autoestima es esa confianza que no se puede fingir.
Todos tenemos una imagen de nosotros mismos y la autoestima es, justamente, como nos sentimos con respecto a esa imagen.
La misma tiene un enorme impacto en nuestra manera de pensar, actuar, y en nuestros resultados en la vida, porque como se ha demostrado, a las personas les resulta muy difícil actuar mas allá de la visión profunda que tienen de sí mismos.
Que la imagen que tenemos de nosotros mismos sea positiva o negativa, depende de las experiencias vividas.
Nacemos llenos de confianza, pero la misma a través del tiempo se puede ir derrumbando al recibir comentarios negativos de seres significativos para nosotros.
Lo bueno es que nunca es tarde para recuperar nuestra confianza personal.
Veamos algunas estrategias para aumentar tu autoestima
Reconoce tus logros: estamos demasiado acostumbrados a mirar lo que nos ha salido mal, el error, lo que queda pendiente.
Dedicamos poco tiempo para valorar lo que hemos hecho bien, a celebrar los logros y a disfrutar de nuestros éxitos.
La autoestima se construye recordando todo lo que hacemos bien.
Luego, seguros de nosotros mismos, podremos explorar nuestras áreas de mejora.
Planteate desafíos: si quieres aumentar tu autoestima, piensa en nuevos desafíos para tu vida, como aprender un idioma, un deporte, cambiar de trabajo, etc.
Está demostrado que cuando hacemos actividades que nos implican esfuerzo mental, las neuronas de nuestro cerebro se regeneran.
Esto se llama "neuroplasticidad", y contrariamente a lo que la gente supone, el cerebro puede mejorar a medida que avanzamos con la edad.
Cumple con tus promesas: en especial esas que te haces a ti mismo, "voy a empezar el gimnasio", "el lunes comienzo la dieta", "voy a retomar mi carrera", "voy a empezar mi propio negocio". Esas promesas son muy importantes, y cada vez que rompes alguna, tu confianza decae.
Se responsable de tus palabras: las palabras no son inocentes y no se las lleva el viento. Cuida las palabras que piensas y dices, en especial las que te dices a ti mismo.
Recuerda tratarte con cariño, siempre; en especial cuando las cosas salen mal.
Cuando nos castigamos con nuestro diálogo interior, nos cerramos posibilidades.
Aduéñate de tu vida: no podemos elegir nuestras circunstancias, pero siempre podemos elegir como responder frente a ellas.
No podemos elegir todo lo que nos pasa, pero siempre podemos elegir que pensar y que sentir.
Debemos poner nuestro foco en las fortalezas y expectativas positivas de lo que ocurra, utilizar un modo constructivo de pensamiento, y controlar nuestras preocupaciones.
La mejor manera de cambiar de enfoque y adoptar una actitud positiva es confiando. Considerando los problemas como retos de los que siempre aprenderemos algo y saldremos más fortalecidos.
Ponlo en palabras
Dile al otro lo que necesitas, no esperes que adivine.
Uno de los principales problemas de las parejas, en general, es la comunicación.
Puntualmente, los hombres suelen quejarse de que sus mujeres no les dicen lo que esperan de ellos, sino que especulan con que puedan interpretarlas, lo que no siempre sucede.
En oposición, ellas critican que sus parejas son muy herméticas y no expresan sus necesidades.
En el clásico libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, el autor plantea que el modo que ellas resuelven lo que las aqueja es siempre por medio del diálogo, lo que no siempre quiere decir que porque hablen mucho, digan demasiado.
Si se trata de la pareja, se vuelven esquivas y esperan que él se de cuenta por sí solo, cuando harían las cosas mucho más fáciles a sus lineales hombres si simplemente fueran directas.
En Marte por el contrario, cuando un hombre tiene un problema se encierra en su cueva a procesarlo en soledad.
Por lo tanto, para amarnos en la Tierra, la clave es buscar un punto medio.
El diálogo fluido, que no tiene por que ser interminable , sino más bien puntual, debe existir porque es muy importante.
Y la honestidad, sin manipulaciones ni mensajes subliminales, es la única pauta válida, de manera que puedas abrirte totalmente con tu pareja y sentirte contenido.
Medítalo, entenderse es mucho más simple de lo que creemos.